Los primeros karts de la historia no nacieron en circuitos profesionales ni bajo grandes marcas de automovilismo. Su origen está lleno de ingenio, pasión y mucha gasolina. Este deporte, que hoy mueve campeonatos internacionales y es la puerta de entrada al mundo de la Fórmula 1, comenzó de forma bastante modesta, casi artesanal.
Conocer cómo fueron los primeros pasos del karting no solo es interesante para los amantes de la velocidad, sino también para entender cómo algo tan sencillo acabó revolucionando el automovilismo.
En este artículo te llevamos por un viaje en el tiempo para descubrir las curiosidades más fascinantes sobre los primeros karts, desde sus inventores hasta los modelos más locos de la época. ¡Ponte el casco y acompáñanos!
¿Cuándo y dónde nacieron los primeros karts?
El origen en California: 1956
La historia oficial del karting comienza en los Estados Unidos, concretamente en California, en el año 1956. Un mecánico de aviones llamado Art Ingels, trabajador de Kurtis Kraft (una empresa especializada en chasis de coches de competición), construyó lo que hoy se considera el primer kart funcional. Lo fabricó en su tiempo libre utilizando tubos de acero, ruedas de avión y un pequeño motor de cortacésped.
Este primer modelo era rudimentario, pero funcional: un chasis bajo, sin carrocería, sin suspensión y con un pequeño asiento. Lo que tenía de simple lo compensaba con emoción y velocidad, dos elementos que hicieron que el invento llamara rápidamente la atención.
¿Por qué se construyó un kart?
La idea de Art Ingels no era competir, al menos no al principio. Solo buscaba una manera divertida y económica de moverse por los terrenos amplios del aeródromo donde trabajaba. Pero como suele pasar con los grandes inventos, el entusiasmo fue inmediato: sus compañeros empezaron a pedirle réplicas, y en cuestión de meses, lo que fue un proyecto personal se transformó en un nuevo deporte.
Curiosidades sorprendentes sobre los primeros karts
1. Se construían con piezas recicladas
Uno de los detalles más curiosos de los primeros karts es que se hacían, literalmente, con lo que había a mano. Motores de cortacésped, ruedas de carretilla, frenos adaptados y tubos de acero soldados de manera artesanal. No existía una industria del karting ni piezas estándar, así que todo se adaptaba.
En muchos casos, los frenos eran tan rudimentarios que los pilotos tenían que levantar el pie para frenar… o chocar con algo para detenerse.
2. No se pensó como deporte competitivo al inicio
Aunque hoy el karting es una disciplina con reglas, federaciones y campeonatos, en sus orígenes era más un pasatiempo de fin de semana.
Los primeros karts eran conducidos en aparcamientos vacíos, zonas industriales o pistas improvisadas. No fue hasta finales de los años 50 que empezaron a organizarse las primeras competiciones “serias”.
3. El karting se popularizó gracias al boca a boca
No hubo campañas publicitarias ni grandes lanzamientos. Fueron los propios pilotos, entusiastas del motor, quienes difundieron la fiebre del karting.
En solo un par de años, la fiebre por los primeros karts cruzó los Estados Unidos y llegó a Europa. En 1959, ya se celebraban carreras en Reino Unido y Alemania.
De los primeros karts al karting moderno
Evolución del diseño y la tecnología
Los primeros modelos eran completamente mecánicos, sin ningún tipo de asistencia ni seguridad. Hoy, los karts modernos incluyen:
- Chasis optimizados para cada tipo de pista.
- Frenos de disco hidráulicos.
- Neumáticos especiales según climatología.
- Motores de hasta 125cc con refrigeración líquida.
- Sistemas de telemetría y cronometraje.
Pero la esencia sigue siendo la misma: velocidad, control y pura adrenalina a ras del suelo.
Deporte base para futuros campeones
Una de las mayores contribuciones de los primeros karts es que se convirtieron en la escuela de los futuros campeones del mundo.
Nombres como Ayrton Senna, Michael Schumacher, Lewis Hamilton o Fernando Alonso comenzaron sus trayectorias compitiendo en karts desde niños. Hoy en día, no hay piloto de Fórmula 1 que no haya pasado por esta disciplina.
Modelos históricos de los primeros karts
Go Kart 400 (1957)
Uno de los primeros modelos comercializados. Fue lanzado por la empresa Go Kart Manufacturing Co., fundada por Duffy Livingstone, otro pionero del karting. El Go Kart 400 costaba unos 130 dólares de la época y fue el primero en ser producido en masa.
McCulloch MC-10 (1959)
Fue el primer motor diseñado exclusivamente para karts, desarrollado por McCulloch Motors. Hasta entonces, todos los motores eran adaptaciones. Este modelo revolucionó la velocidad y el rendimiento, convirtiendo al karting en una disciplina aún más emocionante.
¿Sabías que…?
- El primer campeonato nacional de karting en EE. UU. se celebró en 1959.
- En sus inicios, los pilotos usaban cascos de bicicleta y gafas de aviador como protección.
- El kart más rápido registrado hasta ahora ha alcanzado los 210 km/h en línea recta.
- A finales de los años 60, el karting ya era popular en más de 20 países.
- Hoy existen categorías para niños desde los 5 años, como el “Kid Kart”.
El karting como experiencia actual
Aunque ha pasado más de medio siglo desde que se inventaron los primeros karts, la emoción sigue intacta.
De hecho, muchos circuitos de alquiler como Karting El Pla siguen ofreciendo la posibilidad de revivir esa sensación de conducción de la manera más pura.
Las pistas modernas están diseñadas para que cualquier persona, sin experiencia previa, pueda disfrutar del karting en condiciones de seguridad, pero sintiendo la adrenalina en cada curva.
En Karting El Pla, por ejemplo, puedes encontrar diferentes categorías de karts, tanto para adultos como para niños, con motores que van desde los 200cc hasta modelos más potentes. Todo ello acompañado por un circuito técnico, con curvas cerradas, rectas de aceleración y escapatorias bien diseñadas.
Entonces…
Los primeros karts nacieron de la creatividad y el deseo de divertirse, y acabaron dando lugar a uno de los deportes más emocionantes del mundo del motor. Desde su invención en los años 50 hasta los circuitos de competición actuales, el karting ha sabido mantener su espíritu: accesible, divertido y desafiante.
Conocer la historia de los primeros modelos nos permite valorar aún más lo que tenemos hoy: circuitos seguros, karts potentes, competiciones profesionales… y la posibilidad de sentirnos pilotos por un día.¿Te gustaría probarlo tú mismo?
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¡Nos vemos en la pista!





